Cabrera no ha podido coordinar los ojos con su bate
Pegarle a una piedra con un palo es sencillo. Muchos lo hacen con tranquilidad. Pero cuando la prehistórica acción se convierte en un profesión y pasa a llamarse “bateo” toda la facilidad de desvanece. Cada uno de los movimientos de un hombre en la caja no es efectivo sin la sincronía. Medir el arribo de la bola con una acción de las piernas que permita el giro de la cadera con velocidad, la posición de las manos y la rapidez de la muñeca, la cobertura del plato con el madero y, mientras todo sucede, la quietud de los ojos sobre la bola.
Cuando está en sus mejores momentos, muy pocos en el planeta pueden compararse con Miguel Cabrera y su coordinación del arte ofensivo del beisbol. Pero 2017 está lejos de ser una de las etapas más fructíferas para el inicialista de los Tigres de Detroit. Ha luchado toda la temporada con su mecánica, debido a los continuos dolores en la cadera, la espalda y las extremidades inferiores.
Existe un diagnóstico. Él mismo lo ha detectado. Su cabeza y globos oculares pierden de vista a la pelota cuando desarrolla el swing. “No todo tiene que ver con el ritmo en la caja de bateo”, le comentó el aragüeño al
. “Esto se trata de mis ojos. Tú puedes ver la pelota pero no le podrás golpear si tus ojos se mueven”.
El resultado es una zafra difícil. Liga un average de .254, incluso menos que en su año de debut (2003), cuando dejó .268 de promedio. Su OPS (la suma del embasado y el slugging) es de .750, el menor de su carrera y muy por debajo de la media entre los inicialistas de las mayores este campeonato (.822). Por último su ISO (poder aislado, una estadística que determina la media de extrabases por cada turno) es de .160. La única vez que Cabrera había bajado el guarismo de .200 había sido en 2015, con .196.
“Yo creo que lo afecta el ritmo que tiene en el plato”, razonó el manager Brad Ausmus. “Si tienes el ritmo apagado, porque estás atrasado, y tu cabeza se mueve también tarde, te será difícil reconocer los lanzamientos. A veces esto sucede, le pasa a todos los bateadores”.
Todavía es posible que el maracayero termine la temporada con un average importante de bateo, al fin y al cabo es Cabrera, quien de por vida batea .312 en agosto y septiembre.
A pesar de los problemas que ha tenido Miguel Cabrera, su poder sigue presente. Es verdad que no se nota en la cantidad de jonrones, pues solo tiene 13 en 94 encuentros, pero hay otras formas de detectar su fuerza. De acuerdo con la página
, el inicialista de los Tigres de Detroit está en la élite de los peloteros que mejor le pegan a la bola. Su promedio de velocidad de salida, es decir, la rapidez que tienen las pelotas cuando son conectadas por él, es de 91.1 millas por hora, lo que lo ubica en la casilla 21 en las mayores. La media es levemente mejor que la de Giancarlo Stanton (91 millas), pero notablemente inferior al líder Aaron Judge (95.3 millas).