Caribes provocó lluvia de batazos en el Universitario

En la historia de la cultura indígena se ha conocido que las tribus suelen realizar una danza típica de invocación de la lluvia para el éxito de sus cosechas.
Algo parecido fue lo que hizo ayer en el Estadio Universitario la tribu oriental, la de Caribes de Anzoátegui, al provocar una lluvia, pero de batazos, que le sirvió para vencer a Leones del Caracas por amplio margen de 12 a 3.
El equipo dirigido por Rouglas Odor apabulló al cuerpo de lanzadores melenudo, al que le conectaron hasta 15 imparables, incluidos 3 extrabases.
Albert Suárez, grandeliga de los Gigantes de San Francisco, no tuvo éxito en su estreno con Leones y fue la principal victima de los orientales para cargar con la derrota.
Por el lado contrario, Rafael “Balita” Ortega sí rindió en su debut con Caribes al empujar trío de rayitas.
El experimentado René Reyes también vio acción por primera vez en la campaña y contribuyó con par de hits en cinco turnos y una fletada.
La victoria le sirvió a Caribes para cortar la cadena de dos derrotas al hilo y seguir en recuperación tras un inicio para el olvido.
Caracas sigue mostrando inconsistencia y eso quedó evidenciado al nivelar su récord en 9-9 después del partido de ayer.
 Tiburones de La Guaira es otro conjunto que poco a poco está tomando el nivel que se espera de él y ayer batió con contundencia y de visitante a Navegantes del Magallanes 12 por 6.
Los escualos aprovecharon los parpadeos defensivos de los navieros y con batazos oportunos transitaron tranquilos un desafío que de entrada lucía difícil por la irregularidad en la salida del abridor estadounidense Tommy Collier.
El importado Nate Orf, como ha sido en lo que va de temporada, fue el protagonista ofensivo con tres inatrapables y el mismo número de carreras empujadas en cinco visitas al plato.
Por Magallanes el también foráneo Daniel Palka figuró con su primer vuelacercas en Venezuela, que produjo trío de anotaciones.
En Barquisimeto Cardenales de Lara se impuso 4-1 a Águilas del Zulia amparado en gran labor monticular del experimentado Raúl Rivero.
El derecho pudo finalmente exhibirse como el dominante de la zafra anterior, en la que fue galardonado como Pitcher del año, y maniató a los rapaces por 6.0 innings de una rayita permitida y cuatro ponches.