Félix Hernández: “Es un honor superar a mi buen amigo”
Félix Hernández no siempre fue un sangreazul del montículo. En algún momento soñó con la grandeza y, mientras lo hacía, tenía a un ídolo en sus pensamientos, un ejemplo de éxito en los Marineros de Seattle, el equipo que lo firmó en 2002, con 16 años de edad. Freddy García, quien fue el pitcher más importante de los nautas entre 1999 y 2004, era la figura que adornaba los afiches de alabanzas del joven.
Por eso no resulta una mera coincidencia que después de que García dejara libre el número 34, tras ser cambiado en 2004 a los Medias Blancas de Chicago, Hernández adoptara la cifra como identificación en su casaca.
Poco a poco Hernández superó a García. Se convirtió en el rostro de Seattle; no es vano, es conocido como el “Rey” en la ciudad. Lo dejó atrás en innings lanzados (2448.1 a 2264.0), en aperturas (365 a 357), en ponches (2292 a 1621) y en blanqueos (11 a 4). De hecho, todas las cifras mencionadas pertenecientes al as de los acuáticos son topes para un venezolano en las mayores.
Freddy fue rebasado el viernes en el último registro que poseía por encima de su pupilo: las victorias. Hernández derrotó a los Astros de Houston para apuntarse el triunfo 157, dejar atrás los 156 de su héroe y convertirse en el nativo con más laureles en los archivos de las mayores.
“Es un honor pasar a mi buen amigo”, dijo el derecho (3-2, 4.68 de efectividad) a la prensa de Seattle, después de regresar de la lista de incapacitados con 6.0 innings de trabajo, seis ponches, ocho hits permitidos y tres carreras merecidas. “Se siente bien (retornar a la acción). Los fanáticos estuvieron increíble y los muchachos hicieron un gran trabajo”.
Entre los venezolanos, todos los reglones importantes de pitcheo tienen el nombre de Hernández en la cima, pues también ostenta la mejor efectividad vitalicia para un criollo con al menos 100 aperturas en la gran carpa: 3.18.