Jesús Montero ve la luz al final del túnel del slump
El idilio que causó la victoria en el segundo juego no evitó que José Moreno, manager de Cardenales de Lara, buscara la forma de ajustar el lineup a las circunstancias que ocurrieron en los dos primeros choques. Viajó a Puerto La Cruz con la decisión tomada. El único cambio que iba a hacer era bajar del quinto al séptimo puesto a Jesús Montero.
“Quiero bajarle un poco la presión”, le argumentó el estratega crepuscular, al periodista Alexander Mendoza de la LVBP. “Le servirá para ver mejores pitcheos”.
Tal vez no fue la razón exacta de lo que sucedió en el décimo inning del tercer juego de la final, contra Caribes de Anzoátegui. Sin embargo, el movimiento influyó para que Montero tomara el turno con las bases llenas y conectara el cuadrangular que sepultó a los indígenas y le dio el triunfo a los pájaros rojos.
“Fue algo increíble. Alex Romero tomó un buen turno”, dijo el eufórico bateador designado. “Después llegué preparado para el slider que me iba a lanzar (Carlos Navas) y lo conecté muy bien”.
Montero ha vivido un enero bastante complicado con el madero. Solo bateó para .179 en los 39 turnos que tomó en los playoffs, un guarismo diferente al promedio de .351 que dejó en la ronda regular y otros números en la fase, que lo lanzaron como candidato al Jugador Más Valioso de la temporada.
“Uno tiene altos y bajos. En ocasiones te apresuras mucho por querer hacer las cosas bien, sobretodo en playoffs y finales. Eso era lo que ocurría. Sigo confiando en mí”, aseguró. “Volví a mi rutina de llevar la bola al jardín derecho, como he hecho siempre. Ahora tengo que seguir enfocándome en los pitcheos e ir turno por turno. Ellos no me van a trabajar igual. Tengo que hacer exactamente lo mismo que con ese turno. Prepararme desde el círculo de espera”.
Aunque son evidentes las bondades del Alfonso “Chico” Carrasquel con los bateadores, Montero acusa a su mejoría a un ajuste antes del encuentro. “Este estadio es engañoso. Se ve pequeño pero es difícil para batear jonrones”, describió. “Durante la práctica me enfoqué en golpear la bola al jardín derecho, en colocar mis manos por dentro, y fíjate lo que sucedió. Tres hits y cuatro impulsadas. Ese es el enfoque que debo tener en el resto de la serie”.