Marwin González impresiona con su versatilidad y producción ofensiva
Siendo el campo corto su posición natural, el venezolano de 28 años se ha convertido en el más “súper” de los “súper utilities”, jugando a un nivel más que aceptable en seis posiciones diferentes y siendo uno de los bateadores más relevantes de un equipo de los Astros que presume el mejor récord de Grandes Ligas.
“Creo que es un hábito que ya me hice”, dijo González sobre su habilidad de cambiar de posición día tras día. “Trato de practicar cada una, no todos los días, sino cuando la estoy jugando para ese partido. Se me ha hecho bastante fácil”.
En un equipo de los Astros con tanto talento y tantas piezas de calidad, el manager A.J. Hinch tiene muchas opciones en un día determinado para su alineación titular. Alex Bregman, Jake Marisnick, el cubano Yuli Gurriel y el japonés Norichica Aoki se unen a González como jugadores a tomar en cuenta para jugar en el jardín izquierdo, la antesala y la inicial. Pero González, gracias a su producción ofensiva y su destreza con tantos guantes diferentes, ya ha jugado 63 partidos en lo que va del 2017.
“Se prepara en cada posición. Lleva el guante de cada posición al terreno para las prácticas casi todos los días”, dijo Hinch al hablar de la proeza del venezolano. “Atrapa elevados, fildea rodados. Su timing para el béisbol es excelente y creo que eso le ayuda a ajustarse al juego”.
Por supuesto, el elemento que más motiva a Hinch a mantener a González en el lineup-sea cual sea la posición-es lo que ha hecho con el bate este año. Gracias a unos primeros dos meses de la temporada bien productivos, González ya ha igualado la mayor cantidad de jonrones para una campaña en su carrera, 13. También está a apenas nueve de superar su tope personal en empujadas (52), además de llevar línea ofensiva de .318/.400/.573, números bien por encima de sus mejores totales en años anteriores.
Aunque el poder disminuyó en junio, cuando dio un solo jonrón, González bateó .339/.397/.435 en dicho mes. Definitivamente, a González no le afecta las variaciones defensivas a la hora de entrar a la caja de bateo.
“No tiene por qué influir la defensa en la ofensiva”, afirmó el veterano de seis temporadas en Grandes Ligas. “Me concentro en la posición que voy a jugar en ese día y no la mezclo con la ofensiva”.