Vientos de cambio

Pareciera que Felipe Rivero camina por los parques de las mayores con un tambor y platillos. Hace ruido, metafóricamente, claro está. Todos prestan atención cada vez que el relevista venezolano se presenta. Es entendible. La temporada que vive levanta el interés de muchos, incluso más allá de las paredes de las oficinas de los Piratas de Pittsburgh.
Periodistas especializados, scouts y directivos de otras organizaciones siguen con atención los pasos de la sensación entre los taponeros de la Liga Nacional, pues es difícil que pase desapercibida una efectividad de 0.72 en 49.2 innings, además de 57 ponches, 12 boletos y siete rescates en la misma cantidad de intentos.
Como casi siempre ocurre con las sorpresas que demuestran dominio, el nombre de Rivero ha comenzado a sonar mucho debido a la cercanía del 31 de este mes, la fecha tope que tienen las franquicias para realizar cambios. El río suena, aunque no necesariamente debe traer piedras siempre.
De acuerdo con el analista Bob Nightengale, de 
, el siniestro está en la mira de los Dodgers de Los Ángeles, equipo que domina la División Oeste del viejo circuito. Esa es una ambición enorme. Los hollywoodenses apuestan por crear una de las parejas de apagafuegos más fuertes en la actualidad, pues ya poseen entre sus filas al derecho Kenley Jansen, quien exhibe 0.90 de efectividad en 40.0 capítulos.
A pesar del rumor y del poder económico que existe en las arcas de los Dodgers, un trato por Rivero afectaría significativamente la armazón de los Piratas. El zurdo se ha convertido en un seguro para abrochar las victorias después del fracaso de Tony Watson. Pero lo más importante, es un pelotero barato monetariamente y que no puede declararse como agente libre hasta 2022.
Y si bien los vientos de cambios pueden ser evitados su ulular son, al menos, oídos. Adam Bittner, columnista del
, ve improbable la consumación de la transacción vaticinada por Nightengale, aunque no descarta que cualquier oferta sea “escuchada” por el gerente general Neal Huntington.
Las ventiscas de cambio también mueven con fuerza las persianas de las oficinas de los Padres. Hay interés de negociar al venezolano Yangervis Solarte, según el periodista Nick Cafardo del Boston Globe. No es de extrañar tales runrunes. Los religiosos están inmersos en una reestructuración de su organización y han demostrado la intención de entregar peloteros experimentados por talentos para el futuro.
La temporada de Solarte es un poco más modesta que la del año pasado, la mejor en su carrera de cuatro campañas. Batea para .268 de average, con un OPS de .775, 10 cuadrangulares y 40 carreras remolcadas. ¿A dónde podría parar el infielder? Todavía no hay equipos que hayan hecho públicas sus intereses.
Y aunque luzca improbable, por su status y su gigantesco contrato de 248 millones de dólares hasta 2023, hay que colocar a Miguel Cabrera entre los venezolanos que son amenazados por los vientos de cambio. No es un capricho. La gerencia de los Tigres de Detroit ha manifestado que todas sus piezas están en el mercado.
Incluso, el inicialista ha llegado al punto de hastío por los constantes rumores. “Si van a cambiarme, cámbienme”, le dijo a 
. “O si van a cambiar a uno de mis compañeros que lo hagan. No me gusta venir todos los días y escuchar algo de transacciones”.