Apareció el león
30 de julio de 1966. El estadio de Wembly estaba a reventar en la final del torneo. De un lado el cuadro de la casa y del otro Alemania Federal. El tiempo reglamentario quedó igualado a dos y fueron a la prórroga. Llegaron al minuto 101 y allí se dio una jugada protagonizada por Geoff Hurst que, en Rusia 2018, habría sido anulada por el VAR. Hurst remató al arco, la pelota dio un pique, tocó el travesaño y cayó justo en la línea de gol.
El árbitro dio por válido el tanto que colocó la pizarra Inglaterra 3, Alemania Federal 2. Después marcarían un cuarto gol que dejó cifras definitivas al partido y fue la reina Isabel II quien le entregó la Copa los campeones mundiales.
Eso es tiempo pasado. Ayer en el estadio de Samara se vio la mejor versión del cuadro dirigido por el hombre del chaleco, Gareth Southgate. Llegaron con los nervios de enfrentarse con una oncena que en la fase de grupos eliminó a Holanda e Italia y que en este Mundial envió a su casa en la primera fase a los actuales campeones: Alemania. Inglaterra, con los tantos de cabeza de Harry Maguire y Delle Alli, dejó tendido a los suecos que nunca tuvieron el control del partido.
Southgate fue un jugador que se desempeñaba como defensa y se retiró como capitán del Middlesbrough en 2006. Al DT le gusta revisar estrategias de la NBA y de la NFL para aplicarlas en el juego de su selección. Además tuvo que presenciar la salida de jugadores emblemas como Gerrard Lampard y Wayne Rooney. “Ha traído muchas ideas nuevas en dos años. Ahora estamos viendo los resultados”, dijo el defensa John Stones.
Ahora, con Harry Kane como líder en la tabla de goleadores con seis dianas, los leones ingleses tienen al guía que necesitaban y ya se encuentran entre los mejores cuatro del mundo. “Estuvimos un poco descuidados hacia el final de la segunda mitad. Sabemos que todavía hay un gran partido por delante: la semifinal. Pero nos sentimos bien, nos sentimos seguros. Solo queremos enorgullecer al país”, señaló Kane.
28 años después, Inglaterra regresa a las semifinales. El rock aspira a sonar fuerte en toda Rusia.
