La batalla entre Fariñez y Seijas terminó en un desbrido empate
Santa Fe y Millonarios no se hicieron daño en el primer partido de los octavos de final de la Copa Sudamericana, un clásico bogotano que estuvo marcado por la reciedumbre, las pocas oportunidades de gol y la falta de creatividad de ambos equipos.
No hubo un claro dominador en el estadio El Campín y el partido se vio alterado por más de 30 faltas. El juego fuerte primó desde los segundos iniciales. Santa Fe trató de hacerse del dominio con una presión alta que incomodó al rival, que tuvo muchas dificultades para cruzar la mitad de la cancha.
La primera oportunidad clara la tuvo a los 9 el conjunto rojo, luego de que Robinson Zapata hiciera un saque largo que llegó al área contraria, donde el delantero Arley Rodríguez le hizo un pase de cabeza a Diego Guastavino, quien quedó de cara al portero Wuilker Faríñez y mandó un fortísimo remate que pasó por encima.
Además del juego aéreo, Santa Fe apeló a la velocidad para herir a Millonarios y en las pocas jugadas que se juntaron Guastavino, el venezolano Luis Manuel Seijas y el centrocampista Baldomero Perlaza logró acercarse al arco rival.
Con el paso de los minutos los embajadores consiguieron aire y trataron de buscar, sin mucho peligro, la portería de Zapata
La única jugada clara de gol que tuvieron los azules ocurrió al 24 cuando el lateral de Santa Fe Nicolás Gil le mandó un pase al portero que anticipó el extremo Óscar Barreto.