El festejo sale a las calles: por qué Liverpool decidió no ir a Anfield
Las calles de Merseyside son un delirio: Liverpool volvió a casa con su sexto trofeo de Champions League después de vencer por 2-0 al Tottenham en Madrid. Los goles de Mo Salah, quien durmió abrazado a la copa durante el vuelo, y Divock Origi le permitieron al conjunto de Jürgen Klopp alzarse con la Orejona, un título que conquistaron también en 1977, 1978, 1981, 2004 y 2005.
Una marea roja salió de sus casas para recibir a sus héroes después de que el plantel completo, con Klopp y Jordan Henderson a la cabeza, aterrizara en el aeropuerto John Lennon. A bordo de un micro, los jugadores y el cuerpo técnico salieron a recorrer la ciudad. El ómnibus, descapotable y con la leyenda "campeones de Europa a un costado", fue el epicentro de la fiesta.
Desde lo más alto del micro, con la Champions League como buque insignia, los jugadores del Liverpool arengaban a los hinchas que los miraban desde abajo: "Hemos conquistado toda Europa", cantaban al unísono.
El flamante campeón europeo decidió no acudir a Anfield, su propio estadio, para evitar que algún hincha se quede afuera de la celebración. El desfile comenzó a las cuatro de la tarde de Liverpool, desde Allerton Maze y finalizó frente a la principal fuente de agua de la ciudad en Blundell Street.
Los hinchas podían seguir en vivo el recorrido de sus ídolos en un mapa que el club construyó en Google Maps con todos los detalles.
Según la policía de Merseyside había decenas de miles de fanáticos en las calles, esperando la oportunidad de acercarse al micro que lleva a los reyes de Europa. El día después es pura alegría en Liverpool, una felicidad que promete no tener un final cercano.
