Las claves que provocaron el despido de Lopetegui
Luego de cuatro meses en el cargo, Julen Lopetegui dejó de ser entrenador del Real Madrid este lunes y las claves de su despido son las siguientes:
Recién llegado al cargo de entrenador del Real Madrid, su gran sueño, Lopetegui no quiso plantear un pulso a los dirigentes del club cuando fue pasando el verano y no llegaba un relevo de garantías para Cristiano Ronaldo. Pidió un central y un delantero contrastado. A última hora llegó Mariano, sin que sus deseos fuesen satisfechos, y aceptó el reto de aumentar la productividad goleadora de Karim Benzema, Gareth Bale y jugadores de segunda línea como Isco y Marco Asensio.
Nunca un técnico del equipo blanco tuvo un inicio tan discreto en resultados, con solo seis victorias en 14 partidos y el mismo número de derrotas. Lopetegui comenzó perdiendo la Supercopa de Europa ante el Atlético de Madrid y el buen inicio de la Liga y el triunfo con buen fútbol ante la Roma en el estreno en Liga de Campeones no invitaban a pensar en el desplome. Un empate en San Mamés ante el Athletic fue el aviso, antes de la pérdida de identidad en la goleada encajada en Sevilla y el empate de impotencia en el derbi madrileño frente al Atlético; sin sumar las derrotas ante Alavés y Levante, más la estocada final del clásico contra el Barcelona.
Ha sido el punto de mayor fricción de Lopetegui con su directiva. Las altas esferas deseaban minutos para el joven delantero brasileño y Julen llegó a asegurar que "necesita tiempo de cocción". Solo le concedió unos minutos, en uno de los encuentros más importantes, en el derbi ante el Atlético de Madrid. Ante rivales de menor entidad no fue convocado o se quedó en el banquillo. El pulso acabó siendo visible para todos en el clásico. Después de que el club recurriese la expulsión del brasileño con el equipo filial y lograse la suspensión de una tarjeta por apelación, Lopetegui se lo llevó a Barcelona para dejarlo finalmente en la grada del Camp Nou, sin poder ayudar al Castilla que perdió su partido ante el Fuenlabrada.
El Real Madrid ha acusado el mal momento físico de sus jugadores referentes por culpa del Mundial de Rusia. La corta pretemporada realizada y el gran desgaste del último curso les ha pasado factura. Además, ha sufrido una plaga incesante de lesiones: Odriozola y Vallejo en pretemporada, Marcelo hasta en tres ocasiones, la apendicitis de Isco, Dani Carvajal, Karim Benzema, los sustos de Gareth Bale que le hacen jugar con miedo a romperse, Varane y Mariano en el Camp Nou.
Lopetegui no encontró a nadie que asumiera los 50 goles que como mínimo garantizaba Cristiano Ronaldo por temporada. El inicio de Bale y Benzema ilusionó, pero ambos se apagaron y el Real Madrid lo acusó. Estuvo ocho horas y un minuto sin lograr marcar un solo tanto, estrellándose en los postes y con la excusa de que generaba ocasiones. Le faltaron variantes y apenas juntó unos minutos a sus dos 'nueves': Karim y Mariano. Esos encuentros de duda en el juego que el Real Madrid ganaba por pegada las últimas temporadas, los perdía con Lopetegui por la falta de estabilidad defensiva. La mezcla explotó en una crisis que acabó con un punto de los 15 últimos ligueros y la derrota de Moscú en 'Champions'.
El club fichó a Thibaut Courtois, el mejor portero del Mundial 2018, en una oportunidad de mercado que no quería dejar escapar tras lo ocurrido con De Gea o Kepa. La eterna duda sobre Keylor Navas se plasmaba en un jugador que llegaba para ser titular y Lopetegui lo tuvo unos partidos en el banquillo. Cuando le dio la alternativa, lo hizo solo en Liga. Los partidos de Liga de Campeones los jugó Keylor Navas en una decisión poco entendida en las altas esferas del club. No le fue bien, el Real Madrid solo dejó su portería a cero en cuatro de los 14 partidos dirigidos por Lopetegui y fue zarandeado en duelos grandes ante Sevilla (3-0) y Barcelona (5-1).
Plasmaron la falta de mentalidad y actitud de un grupo de jugadores que fue a remolque en casi todos sus partidos esta temporada. Ante Girona, Leganés, Athletic Club, los tres del Sevilla en el primer acto, CSKA a los dos minutos, dos del Levante y otros dos del Barcelona, encajó en los primeros 45 minutos. Lopetegui no supo resolver el problema y aumentar la intensidad de sus jugadores desde el pitazo inicial.