Apoyo familiar, una de las claves para aliviar la depresión

Mal descanso, despertarse más temprano de lo normal o el aislamiento pueden ser, en muchos casos, síntomas de que una persona atraviesa una depresión, una enfermedad con pacientes que les cuesta reconocerla y que requiere del mayor apoyo familiar posible. 
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión “es un trastorno mental frecuente que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”. En muchos casos, si no es tratada correctamente, puede llevar a desenlaces como el suicidio.
El organismo indicó en un informe publicado en 2017 que, en el caso de Latinoamérica, Brasil es el país que más sufre esta enfermedad con 5,8% de los casos. Venezuela, junto a Nicaragua, se sitúa en 4,2% de pacientes con esta patología, lo que equivale al noveno lugar en la región.
Fernando Jiménez, psiquiatra del Hospital Clínico Universitario, indicó a 
 que cuando una persona empieza a notar que hay cambios en su vida diaria que le afectan en sus actividades, la depresión tiene tiempo de haber comenzado y necesita tratamiento con prontitud.
“Aquellos que padecen depresiones empiezan a dormir mal y les cuesta quedarse dormidos en la noche. Por lo general, estos síntomas suelen aparecer seis meses antes de que aparezcan los síntomas reales de una depresión. La familia empezará a notar que la persona pierde el ‘brillo’ que tenía, se aísla y se queja de la falta de concentración”, indicó el especialista.
De acuerdo con Jiménez, la depresión no es una enfermedad con una sola causa: los factores para que aparezca suelen ser múltiples. Entre ellos citó la pérdida de un familiar, de un empleo o, en el caso de los padres, la ida de un hijo a otro país. Además, indicó que 
 es un factor que se suma a la aparición de esta enfermedad porque “la gente debe estirar el dinero” y eso le genera preocupaciones.
“Yo recibo semanalmente cuatro o cinco pacientes y la queja es esa, que no les alcanza el dinero o no comen como siempre. Esas son causas que sin duda van a producir un efecto depresivo”, aseguró.
Dependiendo del tipo de depresión, habrá un tratamiento específico. Cuando esta es leve, se trata con psicoterapias (encontrar el problema puntual que origina la enfermedad y resolverlo con el paciente). Sin embargo, cuando pasa a ser moderada o grave se debe incluir antidepresivos que, en algunos casos, se combinan con ansiolíticos.
“No todos los medicamentos para esta enfermedad le sirven a todo el mundo. La depresión que presenta síntomas ansiosos se trata con un antidepresivo en combinación con ansiolítico. Hay medicamentos que producen aumento o pérdida del apetito en el paciente, así como algunos que son exclusivos para personas de la tercera edad por los efectos secundarios”, agregó el doctor.
El especialista expuso que una persona que padezca esta enfermedad debe asesorarse y buscar ayuda, así como entender que los psiquiatras, a pesar de estar “demonizados” por la población, solo buscan ayudar y evitar que enfermedades como la depresión empiecen a escalar y produzca daños irreparables en quienes la padecen.
Otro de los factores que dede tener en cuenta una familia es la hospitalización psiquiátrica, en la que se puede tener al paciente medicado en casa y bajo vigilancia médica sin ningún problema. “Siempre hay que tomar medidas”, dijo el especialista.
Uno de los elementos más importantes es que el paciente reciba apoyo de la familia. La persona debe saber que cuenta con ellos para superar la enfermedad y que estos tienen la capacidad de contener el impacto que pueda generar la patología de la persona en el núcleo familiar.
“Imagínate que, por ejemplo, a una persona con hepatitis le digas ‘vamos a caminar’. Una persona con hepatitis no puede caminar porque el dolor es terrible, igual pasa con un depresivo. No le puedes decir eso porque no quiere salir, no quiere pasear y ahí es cuando entra la medicación y el monitoreo diario al paciente a ver cómo responde”, explicó Jiménez.
Otro de los errores que se comete con las personas depresivas es que se les tilda de “locos” cuando en realidad no lo están. Simplemente padecen una enfermedad que afecta sus estados de ánimo y su vida cotidiana.
Sobre este tema, Jiménez indicó que “es un error muy frecuente” que se le debe aclarar a los pacientes. “Hay personas que vienen y me dicen que no están locos. La locura ya es, por lo general, la esquizofrenia y la pérdida de contacto con la realidad. Evidentemente, depresión no es sinónimo de locura, pero sí una enfermedad que debe ser tratada a tiempo”, explicó.
Son muchos los pasos que debe seguir un paciente depresivo para poder lograr de nuevo la estabilidad interna. Factores como los amigos y la familia serán determinantes en este proceso. Asimismo se debe contar con toda la medicación necesaria para que el individuo se mantenga estable. Si esto no ocurre, la enfermedad escalará hasta tocar episodios difíciles para su entorno, como el suicidio.