El jardín de bronce: una investigación que traspasó las letras
Lo que nació de ideas sueltas y anotaciones en libretas se convirtió en una novela policíaca que, tres años después de su publicación, cobra vida en las pantallas de televisión. Luego de haber hecho
, su primera producción latinoamericana, HBO regresó a Argentina para hacer junto con Pol-ka producciones una adaptación de
obra literaria del escritor argentino Gustavo Malajovich.
“Todos los crímenes dejan rastros. Una violación, un robo, un asesinato. Mueven la realidad”, le dice el detective al arquitecto Fabián Danubio –interpretado por Joaquín Furriel– durante una conversación. La misteriosa desaparición de su hija Moira, de cuatro años de edad, es el punto de partida de la investigación en la trama policial en la que Danubio emprende una búsqueda sin descanso por hallar el paradero de su hija. Furriel, Julieta Zylberberg, Daniel Fanego, Norma Aleandro, Claudio Da Passano, Mario Pasik, Gerardo Romano, Luis Luque también forman parte del elenco.
“Cuando vi las primeras imágenes sentí que había logrado algo en mi carrera. Es una gran felicidad que no me quiero tomar como si fuera una escena de fuegos artificiales sino con la calma y responsabilidad de poder sostener esto que me hace feliz”, fue la sensación del autor al ver el primer episodio de la serie, que se estrenó en junio y hoy llega a su final. Aunque es arquitecto de profesión, Malajovich se ha dedicado a escribir guiones de largometrajes, programas y series de televisión. En 2002 formó parte del equipo de escritores
, serie producida por Sony.
Uno de los retos del escritor al momento de realizar el guión fue la selección del material, que adaptó a ocho episodios en el formato audiovisual junto a Marcos Osorio Vidal. Malajovich destaca que aunque su novela tiene diálogos que se asemejan a los de un guión, al ser pasados a parlamentos se convirtieron en párrafos largos que debieron ser condensados. Aun así, considera que es una adaptación bastante fiel a la novela, con cambios que solo podrán ser percibidos por el televidente que haya leído el libro cuando termine de ver toda la serie.
“Hay decisiones que cuestan o uno puede perder la objetividad. Fue necesario sacrificar y omitir algunas cosas porque no servían para el formato al que se estaba pasando. Eso lleva tiempo y es difícil”, dice. No descarta que haya una segunda temporada.
“Las cosas están puestas de una manera armónica y equilibrada. Cuando aparece el crimen, ¡pum!, se desarman y hay una alteración. Si vos sos obsesivo, observador, detallista, podés encontrar esa alteración”, expresa el detective al padre desesperado en uno de los diálogos. Aunque la serie aborda un tema universal,
no oculta su nacionalidad.
El guionista considera una experiencia enriquecedora la transferencia cultural a pesar de que ha recibido algunas críticas. “El tema del rapto, la desaparición y la ausencia de un ser querido es algo que se sufre en todo el mundo. Estoy muy agradecido de que HBO haya dejado que esta serie tenga un color local. Hay gente en Twitter que dice que no entiende palabras que decimos. Cuando yo veo una serie chilena, venezolana, brasileña o mexicana, si hay palabras que no entiendo me encanta buscar el significado, enterarme de los modismos de cada país y ver esa cultura que esta representada ahí, en una historia local”.